El día que una Inteligencia Artificial escribió un guion de película… y se filmó

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Cuando la ciencia ficción se vuelve realidad… literalmente

En 2016, el cine dio un paso inesperado hacia el futuro con Sunspring, un cortometraje de ciencia ficción cuyo guion no fue escrito por un humano, sino por una inteligencia artificial llamada Benjamin. El experimento, creado por el cineasta Oscar Sharp y el investigador Ross Goodwin, buscaba explorar los límites de la creatividad automatizada. Y lo logró: el guion resultante fue tan extraño como fascinante, desafiando las reglas convencionales del storytelling.

Benjamin fue entrenado con cientos de guiones de películas de ciencia ficción de los años 80 y 90. El resultado fue un libreto plagado de frases incoherentes, giros inesperados y una lógica interna que solo la propia IA entendía… pero que, al mismo tiempo, capturaba una atmósfera única.


Sunspring: una locura con sentido (o casi)

Protagonizado por Thomas Middleditch (Silicon Valley), Sunspring es un cortometraje de nueve minutos que mezcla romance, traición, y un futuro distópico con un lenguaje que parece salido de un sueño surrealista. Las actuaciones humanas le dan vida a un texto sin pies ni cabeza, pero con una carga emocional sorprendente.

El mérito está en cómo los actores y el director interpretaron y dieron forma a una historia que no fue escrita con intención humana. De ahí nace una pregunta fascinante: ¿qué es más importante en el cine, el guion o la interpretación? ¿Puede el arte surgir del caos algorítmico?


Un antes y un después en el vínculo entre cine e inteligencia artificial

Desde Sunspring, los avances han sido asombrosos. Hoy, herramientas como ChatGPT, Sora, y otras IA generativas pueden escribir escenas, diálogos, descripciones y hasta diseñar storyboards. Aunque aún estamos lejos de que una IA reemplace completamente a guionistas, su papel como asistente creativo es ya una realidad, y ha abierto un debate ético y profesional en Hollywood.

Esta evolución ha llevado incluso a huelgas de escritores preocupados por la automatización. Sin embargo, también ha permitido colaboraciones únicas, como videojuegos, trailers y películas experimentales en las que humanos e IA coescriben narrativas.


¿Una amenaza o una nueva forma de arte?

La inteligencia artificial no viene a sustituir al cine tradicional, sino a expandir sus posibilidades. Como ocurrió con el cine sonoro, el color o los efectos digitales, la llegada de la IA plantea nuevas formas de contar historias. Lo importante será siempre el factor humano: la visión, la emoción y el juicio estético que solo las personas pueden aportar.


El futuro ya está en pantalla. ¿Te lo vas a perder?

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